Domingo Amaya | Frente para la Victoria
No se puede criminalizar al adicto
El flagelo de las drogas es el síntoma de una problemática social mucho más amplia, y debe ser atendida con políticas integrales que comiencen la prevención desde la escuela primaria y en todos los niveles educativos. El Estado debe actuar en la recuperación de las personas enfermas. Es necesario actuar sobre las personas que están alcanzadas por la adicción. Es imprescindible cambiar el paradigma que tiende a criminalizar al adicto y darle el tratamiento que tiene que tener una persona con una enfermedad que condiciona su vida en modo extremo. Entender la adicción como enfermedad es el primer paso, darle adecuado tratamiento es el segundo. Es necesario la implementación de centros de contención, tratamiento y recuperación, articulando acciones entre el Estado y el sector privado para atender al enfermo y a su familia, que es el otro factor a tratar. Para que estos programas tengan éxito es necesario implementar políticas de seguridad en toda la provincia.
Daniel Blanco | Partido Obrero
Penetra en los sectores más vulnerables
El narcotráfico es uno de los negocios más importantes de la economía mundial. Sus consumidores-víctimas preferidos son los jóvenes. Este flagelo -que se encuentra en plena expansión, en directa proporción a la decadencia del sistema capitalista- condena a la juventud a un futuro completamente precarizado. En ese contexto la droga penetra entre los sectores más vulnerables. El narcotráfico ha alcanzado tal poder que se ha entrelazado con los aparatos del Estado, financia partidos, condiciona Gobiernos. Rechazamos cualquier solución represiva a los adictos, de parte de un Estado que promueve la drogadicción. Los adictos deben ser atendidos íntegramente y en forma gratuita en el sistema de salud pública y de obras sociales. Rechazamos también cualquier liberalización en la producción y comercialización de droga. Se debe desmantelar las redes narcos y acabar con el secreto bancario, que es usado para lavar el dinero obtenido de esta actividad criminal.
José Cano | Acuerdo Cívico y Social
Romper el vínculo dealers-punteros
Buscaremos la conformación de una red estatal con las provincias del NOA y la Nación para frenar a los narcos. Tucumán se transformó en un lugar en el que se procesan drogas para consumo porque la pasta base ingresa por Bolivia en fronteras liberadas por el kirchnerismo. Vamos a crear una unidad especial con expertos para combatir el micro tráfico de drogas en barrios y ciudades. Con autoridad política y moral, romperemos el vínculo entre dealers y punteros que hemos denunciado. Abriremos espacio de participación y control ciudadano para asegurar que las acciones se ejecuten. No es admisible que toda la ciudadanía sepa donde se vende la droga y que las autoridades no hagan nada para frenarlo. Hay que recuperar a los adictos. En nuestros primeros 100 días de gestión vamos a abrir centros de atención gratuita en distintos puntos de la provincia. Hay que tomar medidas inmediatas para atender a las miles de madres que claman por sus hijos consumidos por el Paco.
José López | Frente para la Victoria
Prevenir y profundizar la inclusión
Las políticas deben centrarse en la persona, trabajando en la prevención y rehabilitación de adicciones a drogas legales e ilegales que afectan transversalmente a toda la sociedad, actuando sobre causas y consecuencias. Es clave prevenir en escuelas y clubes. Hay que acompañar a la persona con adicciones y a su familia, fortaleciéndolos como sujetos y que ellos mismos puedan reconstruir su vida. El Estado no debe estigmatizarlos, y sí ayudarlos a recuperar sus lazos familiares, afectivos y laborales. Esta es la visión de la ley de Salud Mental que lo aborda desde la inclusión y respetando los derechos humanos. Trabajando codo a codo Nación, Provincia y Municipios, junto a las familias, ONG e iglesias, capacitando más agentes, con un abordaje territorial en Centros Preventivos Locales y Casas Educativas Terapéuticas, como propone Sedronar. Es fundamental seguir teniendo un Estado que construye inclusión invirtiendo en educación, deportes, cultura y generando trabajo.
Juan Manzur | Frente para la Victoria
Contención terapéutica en los barrios
Nuestro plan será en primer lugar preventivo, llegar antes que se instale el consumo en la persona; es fundamental trabajar con las escuelas en la formación de valores y tomas de decisión responsable en la niñez. A su vez, tener equipos de profesionales en los barrios para atender, sostener y capacitar a las familias en la crianza de los niños. Hay que fomentar la participación barrial de los niños y adolescentes en espacios deportivos, culturales y de socialización; fortalecer aún más al sistema de salud para la atención. Consultorio externo, centro de día e internación; se debe contar con profesionales en los barrios para detectar situaciones de riesgo, crisis o consumo in situ para hacer una primera contención terapéutica en el barrio, lo que se denomina abordaje territorial. Hay que reforzar la detención de las personas que realizan el narcomenudeo, y trabajar con la Justicia y las fuerzas de seguridad para detener el narcotráfico a niveles de distribución y venta a gran escala.
Juan Luis Véliz | De los Trabajadores Socialistas
Legalizar las drogas
Rechazamos la criminalización de quienes consumen drogas y estamos por su total legalización, en defensa de las libertades democráticas y contra el negocio del narcotráfico. El verdadero vínculo de las drogas con el crimen es con aquel que es organizado desde el Estado. El poder político se niega a legalizar las drogas porque distintos estamentos del propio Estado están entrelazados con las mafias del narcotráfico, como las Policías y el Poder Judicial, quienes aprovechan la ilegalidad para hacer un gran negocio. La ilegalidad de las drogas es un argumento para sostener un control social represivo contra la juventud pobre y las barriadas populares. Para combatir las adicciones, no se debe fortalecer al mismo Estado que las promueve, sino darles a millones otra perspectiva de vida distinta a la miserable que les ofrece el capitalismo. Desde el PTS vamos a acompañar y promover toda legislación en contra de la penalización de las drogas y por su legalización.
Mario Koltan | Unión y Progesor Social
Cero tolerancia
Hay que aplicar programas de prevención contra el consumo de drogas. Desde el Estado, mediante eficaces políticas comunicacionales de alto contenido educativo y formador, con la activa participación de la familia, la escuela y demás instituciones de la sociedad. Como en nuestro Plan Rector de Seguridad, entendemos a la participación de la sociedad como protagonista en la lucha contra este flagelo. Necesitamos un compromiso de los poderes del Estado -Ejecutivo, Legislativo y Judicial-, en la lucha contra el narcotráfico. Así, se aumentará la efectividad de las agencias responsables del mantenimiento del orden público (Policía de Tucumán, Policía Federal, Gendarmería Nacional), incluyendo las fuerzas de tarea antidroga federales, y locales, a fin de quebrar las organizaciones criminales y sus actores. Se debe promover la cooperación entre las agencias facilitando las operaciones interjurisdiccionales, y hacer realidad los programas de reinserción social de adictos.
Ricardo Bussi | Fuerza Republicana
Contención y penas más duras
El gobierno nacional y el provincial carecen de una política seria para combatir y erradicar al narcotráfico, incluso hay sectores de sus filas que propician la legalización de las drogas. El primer problema a solucionar es el consumo: si nadie compra no será negocio vender. Se debe empezar desde abajo, brindando educación preventiva a los jóvenes y niños, dándoles la posibilidad de salir de ese ambiente, creando oportunidades, trabajo genuino y devolviéndoles la dignidad que les quitó este gobierno con las dádivas. Desde allí generar fuertes campañas de concientización y recuperación. Crear centros gratuitos de rehabilitación que contengan a los jóvenes durante el proceso de rehabilitación y los sigan después de que reciben el alta. Paralelamente propiciaremos el endurecimiento de las penas para los que venden y su persecución de manera seria y eficaz, y por supuesto dotar a las fuerzas de seguridad de herramientas eficaces para perseguir a narcotraficantes y dealers.
José Manuel Avellaneda | PRO
Máximo rigor contra los dealers
Este tema que azota al país obligándonos a vivir un clima de inseguridad, que penetró la trama social e institucional de Argentina malogrando el futuro de muchas personas, debe ser tratado por el Estado. Hay que tener en cuenta la oferta, la demanda, el lavado de dinero, la extorsión y la corrupción de las instituciones. El tráfico y distribución de sustancias debe ser controlado por la Nación y por la provincia, con una radarización estricta de las fronteras, convenios con países limítrofes y aplicar y promover leyes que traten con el máximo rigor a los que comercialicen. Hay que capacitar a las fuerzas de seguridad y darle las herramientas necesarias. A los adictos hay que contenerlos junto con su grupo familiar, brindando asistencia terapéutica con programas específicos de salud pública. Reinsertarlos en la sociedad no es fácil, debemos colaborar entre todos. El consumidor es víctima de este flagelo; el Estado y la sociedad deben ocuparse de él como un enfermo y no como un delincuente.
Gumersindo Parajón | Alternativa Popular
Depurar la plana mayor de la Policía
Si yo fuese gobernador, la forma para combatir la drogadicción que está instalada en Tucumán y en todo el país sería trabajando de manera integral. Primero, crearía fuentes de trabajo para garantizarle un presente y un futuro a esos jóvenes que se aferran a la droga y al alcohol, porque hoy no tienen un porvenir.
Segundo, hay que depurar toda la plana mayor de la Policía, incluidos los comisarios, porque en los barrios de nuestra ciudad todos saben quién vende y distribuye la droga menos la Policía. Los jefes policiales se enriquecen porque arreglan con los narcos, porque estos tienen el apoyo político y también el Poder Judicial.
Tercero, hay que sacar a todo el personal de la sección Drogas Peligrosas por su complicidad con los traficantes, porque en esa fuerza de seguridad existen jefes que se enriquecieron a costa de este flagelo y tenemos policías pobres, a los que no les alcanza con lo que ganan para poder vivir dignamente.